El póquer es un juego de cartas en el que pueden participar de dos a diez jugadores y cuyo objetivo es conseguir la mayor cantidad de dinero en el bote. Por este motivo, el póquer siempre se juega con fichas, ya sea dinero ficticio o dinero real, que cada jugador ya tiene (lo que se conoce como su «pila») y que espera aumentar. Las reglas del póquer pueden alterarse un poco dependiendo de la variante del juego que se esté jugando en la mesa. Sin embargo, las directrices sobre cómo jugar al póquer clásico son más bien las mismas en todos los casos.
A pesar de esto, el póquer es fascinante por el hecho de que no es sólo un juego de cartas en el sentido tradicional. Hay un aspecto de comercio en el póquer, que se divide en muchas rondas llamadas «calles». El objetivo de todo jugador de póquer es, obviamente, reunir la mayor mano posible para ganar el bote. Sin embargo, también hay un elemento de competición dentro del juego. Sin embargo, debido a este reparto, los jugadores pueden ganar el bote aunque no tengan una mano ganadora.